viernes, 5 de junio de 2009
PROBLEMAS DE TIROIDES EN EL EMBARAZO
¿Problemas de tiroides?
Los cambios hormonales y ciertas enfermedades pueden dar lugar a desórdenes de la glándula tiroidea en el embarazo, que provocan graves complicaciones tanto para la madre como para el feto si no se lleva un control adecuado.
¿Qué es la tiroides?
La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa que se encuentra en la parte delantera del cuello. Juega un papel muy importante en la salud puesto que las hormonas que produce ayudan a regular el crecimiento y desarrollo, la termogénesis (regulación de calor), la tasa metabólica del cuerpo (velocidad con la que la comida se transforma energía) y la creación de la síntesis de proteínas.
A veces esta glándula produce demasiada o muy poca tiroxina (su hormona, que mantiene el funcionamiento normal del cuerpo), dando lugar a dos enfermedades: hipertiroidismo e hipotiroidismo.
Hipotiroidismo
La tiroides produce menos tiroxina de lo que debería. Los síntomas de esta enfermedad son:
- Aumento de peso sin explicación
- Fatiga
- Sensación de frío
- Periodos menstruales más fuertes
- Pérdida de memoria
- Estreñimiento
- Latidos cardiacos lentos
- Engrandecimiento de la tiroides
- Dolor muscular y de las articulaciones
- Pérdida del cabello
- Piel seca
Hipertiroidismo
Existen una serie de señales que avisan de la aparición de esta dolencia (la mayoría de las cuales son contrarias a las del hipotiroidismo):
- Pérdida de peso
- Nerviosismo e irritabilidad
- Aumento de los latidos cardiacos
- Deposiciones más frecuentes
- Sensación de calor
- Disminución del flujo menstrual
- Engrandecimiento de la tiroides
- Irritación de los ojos y problemas de la visión
Complicaciones en el embarazo
Aproximadamente 1 de cada 500 mujeres sufre esta enfermedad durante el embarazo (el hipotiroidismo ocurre entre un 3-5%; y el hipertiroidismo en un 2%). Algunas porque ya lo padecían, otras porque lo desarrollan durante la gestación. De una forma o de otra, su diagnóstico es muy difícil porque los síntomas suelen ser atribuidos al embarazo en lugar de a un desorden de la tiroides.
Esta enfermedad influye en la fertilidad, dificultando el embarazo, ya que puede afectar a la menstruación, haciendo que ésta sea irregular o que incluso desaparezca. Además, puede provocar abortos espontáneos o malformaciones en el feto.
El embarazo afecta a todo el organismo y produce múltiples cambios en él. Una de estas modificaciones puede ser la alteración de la producción de tiroxina por parte de la tiroides. Existen una serie de factores que suponen un estímulo importante de esta glándula en la mujer embarazada, como la hormona gonadotropina coriónica (muy parecida a la tiroxina, por lo que puede estimular la tiroides) o los estrógenos que se liberan durante los nueve meses. Ambas hormonas aumentan la producción de tiroxina, pero en condiciones normales, el moderado sobreesfuerzo que se pide al tiroides no supone ningún problema. Pero si hay una deficiencia en yodo la situación es diferente. En ese caso, la glándula tiroidea de la madre es insuficiente para fabricar la cantidad de hormona necesaria. La tiroxina aumenta y el tiroides crece. Al niño le pasa lo mismo y también puede nacer con un pequeño bocio, aparte de los problemas de desarrollo que haya podido tener.
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